sábado, 12 de junio de 2010

Principio de gratuidad...

Hace un par de semanas, Jose Hermosilla nos presentó unas encuestas y unas hojas de firmas para que rellanáramos voluntariamente. La hoja de firma era en forma de carta al presidente del Gobierno actual, con el fin de que a pesar de la crisis que estamos pasando, no se olvide del 0.7% del PIB para los países en vías de desarrollo; y la encuesta constaba de una serie de cuestiones sobre el tercer mundo y las ONGDs que trabajan en/para ellos. Se nos ofreció medio punto más en la nota final a cambio de que pasásemos 10 encuestas a alumnos de la UPO, y se las dejásemos en el casillero en el mismo día. En principio pensé que era una pena que hubiera que motivarnos de esa manera para colaborar en cualquier cosa con un fin solidario. Yo, fiel a mis valores de servicio y gratuidad, hice mi encuesta, firmé, y le pedí a Jose algunas más por si encontraba a alumnos que quisieran firmar, pero en ese momento no tenía más. Cuando salí de clase vi como la gente de mi clase atacaba a las alumnos de la UPO que pasaban por el pasillo, y no fui a pedirle más encuestas a Jose. No entra dentro de mi ética colaborar voluntariamenete en algo solidario a cambio de nada, sino por el mero principio de gratuidad, y así lo hice desde el principio...

A la semana siguiente Jose nos pegó un bofetón a toda la clase! Con un sencillo power point, y tras decirnos que no iba a subir el medio punto en ningún lado, sacó las siguientes concluisones de nosotros:
- Mercantilización de las relaciones sociales y de aprendizaje
- Cuestionamiento de los valores y referentes morales y culturales
- Precarización de los códigos de la deontología y ética profesional
- Aceptación acrítica de la realidad (social)

Jajajaja! perdón por reirme, pero la gente se enfadó tras decirles que no iban a aumentar las notas por haber hecho ese acto "solidario". Estoy totalmente de acuerdo con nuestros críticos profesores, aún así tengo que decir que no fue la mejor manera de vender el "gesto solidario", ya que desde el principio podría haber pedido encarecidamente que la gente colaborara por sus propios principios, y no a cambio de nada, y no se hubira liado la mirimorena el último día. Pero bueno, también comprendo que si no hubiera sido por eso la gente no hubiera "colaborado" tan masivamente.
La verdad, y siendo bastante sincera, no me sorprendió para nada la actitud de la clase, ya que no nos caracterizamos por su un grupo unido, revolucionario, solidario ni comprometido, al menos en general (y sin entrar en lo que cada uno individualmente hace en su asociación, barrio, casa, etc.).

Me sorprende que a lo largo de la carrera no hayamos tratado temas relacionados con los países en vías de desarrollo, ONGDs, pobreza en el tercer mundo... sabemos mucha teoría emmarcada en el ámbito español, pero no hemos salido de nuestro contexto más o menos cercano. Las personas que quizás nos queramos dedicar al desarrollo y la educación internacional nos tenemos que buscar las "habichuelas" por otros lados.

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